domingo, 9 de octubre de 2011

Y a veces no hace falta decir nada, para decirlo todo...

Recuerdos guardados en maletas de paja y cajas de lata

Así nos pasamos la vida buscando a alguien que sea como nosotros queremos que sea. Y lo que va a ocurrir es que lo único que vamos a encontrar al final es a nosotros mismos, solos. Será entonces cuando nos demos cuenta de que no sabemos estar solos y que quererse y odiarse, a veces a partes iguales, es mucho más divertido.

lunes, 3 de octubre de 2011

Y no importa cuanto tiempo pase porque nunca será fácil.
No podemos elegir lo que (no) queremos olvidar.
Hay veces que lo único que podemos hacer es obligarnos a no seguir creyendo en esas cosas que nos hacen felices. Los factores que producen la felicidad pueden llegar a crear dependencia, y a veces más fuerte que la mismísima heroína. Asique una de dos: Pasas el mono, o sigues enganchada rogando cada día a ese “factor” que nunca se vaya de tú lado. Porque en el momento que desaparezca, estás perdida.
Subimos a casa, hacemos el amor y sudamos tanto que nos deshidratamos. El tiempo se para, el aire no corre. Mosquitos volando y grillos cantando y tú a mi lado muriendo de sueño.
Aquel que dijo más vale tener suerte que talento, conocia la esencia de la vida.
La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuantas cosas se escapan a nuestro control. En un partido hay momentos en que la pelota golpea el borde la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia adelante o caer hacia atras. Con un poco de suerte sigue adelante y ganas o no lo hace y pierdes.