jueves, 14 de octubre de 2010

bandas sonoras

Estaba harta de todo, absolutamente de todo. No sabía porqué, pero era así. En ese momento no quería ni hablar de pétalos, ni de historias bonitas de Romeos y Julietas, ni de estrellas que en teoría siempre estarán en el firmamento. En ese momento sólo quería detenerse. Cerrar los ojos y respirar, sintiendo paulatinamente el latido de su corazón. Que todo se congelara, como si en la espalda, justo debajo de la nuca, tuviera un botón que pusiera "of", y pudiera pulsarlo cuando se le antojara. Sí, eso era lo que quería, pero con una condición...que todo lo demás se parara con ella. No soportaría que mientras ella estaba sumida en ese frenético sueño de tranqulidad los demás siguieran jugando, fluyendo por los amargos e incluso divertidos caminos de la vida . No soportaría ver que él seguía adelante. Él, sólo, sin rastro de ella. Y es que no aguantaba ver día a día como el iba cambiando, creciendo, amando, y olvidándola... como si todo lo pasado nunca hubiera existido. ¿Pero que podía hacer ella? ¿Hablar con él? Y en ese caso, cuando ella lo tuviera allí, frente a frente, cuando sintiera por milésima vez su mirada penetrante clavada en sus ojos, y se diera cuenta de que lo amaba como nunca antes había amado a nadie, sería capaz de decirlo todo eso que sentía? Oh, no, no podría. Claro que no podría. Así que sólo le quedaba seguir como hasta hora, hablando con la luna, haciendo rosas de papel color azul(azul como el cielo en esas mañanas de verano), y soñando con bandas sonoras que sabía que nunca serían para ella.

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